Internet da poder a las personas, más acceso a la información genera conocimiento y éste posibilita la asociación con otras personas de lo que se derivan nuevas tendencias, gustos y necesidades.
El peso específico de Twitter en los espacios televisivos nos sitúa ante un escenario en el que “estar” no es suficiente y “hablar” no es necesario; interactuar y escuchar son claves para lograr la aceptación.
Avanzamos hacia una televisión social en la que los valores y la ética son impuestos en tiempo real por las personas y en la que, construir espacios que generen nuevas oportunidades sigue siendo un gran desafío.
La penetración de Twitter en la televisión actual nos coloca ante un nuevo escenario en el que lo que importa no es solo el mensaje, sino las acciones.
Atraer para informar e en la medida de lo posible convencer, todo esto en tiempo real supone un cambio estructural del paradigma de la comunicación que va mucho más allá de las mediciones de audiencias y shares.
La participación activa y en tiempo real de los ciudadanos a través del hilo conductor de los contenidos y la búsqueda de mayores ingresos publicitarios en el largo plazo, son la claves de la televisión en la era Twitter.
La televisión se ve obligada a hacerse dinámica, la creación de comunidades en torno a los distintos programas tiene que cubrir la doble función de generar nuevas oportunidades y unirse en torno a las nuevas necesidades derivadas del acceso sin límite a la información.
Con éstos ingredientes…
- ¿Qué motivos tiene la televisión actual para seguir creando contenidos de dudosa calidad y ética moral?
- ¿Qué podemos esperar de la televisión tras la ingración Twitter?
- ¿Cómo se evitarán los conflictos derivados de la “libertad de expresión”?
El peso específico del “pan y circo”
Para responderlas es importante no olvidar la histórica tendencia de los seres humanos a girar en torno al “pan y circo”, una estrategia muy arraigada que implica la desviación de la atención hacia un foco más lúdico y con un componente morboso que alimente la sensación de alivio que aporta el ver el sufrimiento ajeno.
Y tampoco nos engañemos, el mantenimiento de los programas de televisión considerados hoy “poco éticos” colabora activamente con el dinamismo con el que se sucede y genera la información.
La integración de Twitter en la televisión es una fuente inagotable de interacción y por lo tanto, de información. Lo que beneficia a todos.
Más educación, la libertad de expresión y costumbrismo en proceso de cambio
Le debemos a Twitter la evolución hacia la nueva educación derivada del acceso en tiempo real a la información sin límite.
La televisión actual refleja la idiosincrasia de una sociedad, es por lo tanto imprescindible que el nivel cultural siga en ascenso de forma que modifique, intereses, necesidades gustos y tendencia y Twitter es un elemento indispensable para lograrlo.
El consumo y el ocio son las dos variables sobre las que podemos medir la cultura social.
La presión actual, el temor a la crítica, nos lleva a todos a un nivel superior de exigencia donde, va siendo imposible mantener una “cara pública” si esta no es auténtica y en un contexto de exposición total en tiempo real, la falta de autenticidad es una causa de exclusión.
La temperatura de Twitter es siempre una fuente inagotable de información sobre hacia donde vamos y cuanto de estructurales, costumbristas y antropológicas son los cambios que enfrenta la televisión en los tiempos de Twitter.
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